Querido Toru:
Lamento no haberme puesto antes en contacto contigo.
Todo el mundo parece estar preparado para la celebración de Nochebuena.
Por mi parte voy a dar una fiesta. Una fiesta única.
Sera al amanecer de esta noche. A mi las noches no me parecen buenas.
Te ruego que me hagas el honor de venir solo.
Los dos miraremos el batir del mar, como antaño, miraremos la espuma de las olas, cual leche india, distinguiremos las crestas de la peninsula del Izu.
Escucharemos el graznar de las aves nocturnas, que quietas desaparezen, con el sol de medio-día.
Aquí en la bahia de Suruga, celebraremos amigo mío, la Navidad.
Luego volaré, rompere los cielos, quizas cubiertos de sangre para así dejar las heces de la vida.
Querido Toru, eres más que un hermano.
Te espero esta Navidad
Yukio Mishima.
Aquella misma noche buena, al amanecer, de 1970, Yukio se suicidó por coherencía de su propio pensamiento espiritual, segun el ritual hara-kiri, ayudado por Toru.