Tomamos un cuerpo con un pasado cazador y guerrero, lo ponemos derecho durante ocho horas mientras sus dedos teclean suavemente, luego lo sentamos en un coche donde una presión moderada del pie y unos cuantos movimientos de brazo lo llevan a casa y allí lo dejamos caer sobre una superficie acolchada, apuntamos sus ojos a una pantalla iluminada de dos a seis horas y luego lo acostamos sobre otra superficie blanda hasta que llegue el momento de levantarse y lo repita todo. No hay que extrañarse de que estemos enfermos.
Linda Hassesltrom. "A Real Workout: Our bodies are designed for more than Pushing Pencils. UTME Reader, may/jun 1992, p.63"
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